Si bien el dólar mayorista no mantuvo ayer la tendencia bajista de las dos últimas ruedas, el saldo fue un alza de tan solo 1,5 centavos, un avance que lo dejó aún por debajo de la barrera psicológica de $ 17. En el terreno de los grandes jugadores, el cierre quedó en $ 16,995, mientras que en las pizarras el billete acompañó la caída final: se vendió a un promedio de $ 17,28, un centavo menos que el viernes.
El retroceso, que se dio a último momento, tuvo que ver con la venta de agrodólares; de hecho, ayer se confirmó que la participación de los exportadores fue más activa, tal como lo habían calculado operadores y corredores la semana pasada. Según datos de las cámaras cerealeras, en la primera semana de julio se entregaron u$s 606 millones, unos u$s 120 millones por sesión. La semana anterior las ventas sumaban u$s 478 millones, es decir que, motivados por los precios tanto del dólar como de la soja, las liquidación creció un 26%.
En el arranque de la semana la volatilidad se mantuvo pero los picos máximos y mínimos no fueron tan amplios como en ruedas previas. «La divisa norteamericana operó mixta durante el desarrollo de la jornada pero en un marco de mayor tranquilidad que lo visto en los días anteriores», describió Gustavo Quintana de PR Corredores de Cambio.
Por el contrario, resonaron ayer las declaraciones del economista Miguel Ángel Broda sobre la magnitud del atraso cambiario.
Según el experto, el tipo de cambio de equilibrio que requiere el país implica una cotización por encima de $ 17. «La magnitud del atraso cambiario es muy fuerte: el promedio de 70 años a pesos de hoy es arriba de $ 22. En el promedio de 40 años, es arriba de $ 22. Y si tomamos el promedio de 20 años, es arriba de $ 22: probablemente es cierto que tengamos un tipo de cambio de equilibrio menor a $ 22 y sin duda mayor a $ 17», opinó el economista en una entrevista radial.
Elypsis y Econviews coincidieron en que el atraso cambiario existe aunque no dieron un valor de equilibrio. «El atraso está, no veo mucho debate en ese sentido. El tema es que el peso puede mantenerse atrasado por un tiempo debido a como es estructuralmente la economía argentina: mucho déficit fiscal, financiado con emisión, en una economía cerrada donde no se da una entrada de divisas por la parte comercial y gasto público alto. Hasta que no se solucionen estos problemas, se va a mantener así», dijo Gabriel Zelpo, economista Jefe de Elypsis.
Por su parte, desde Econviews indicaron que «incluso con la última suba», que llevó el dólar a $ 17,40, «sigue estando atrasado», y aclararon que «un precio de equilibrio es muy difícil de definir».
En una rueda en la que se operaron casi u$s 480 millones, las primeras operaciones se pactaron en $ 16,95, «un piso que fue desplazado por el impacto de órdenes de compra que impulsaron subas escalonadas que los llevaron a máximos en los $ 17,05», según detalló Quintana en su informe diario. En la misma línea, señaló que la demanda prevaleció en el desarrollo de la sesión y que «en el último tramo del día irrumpió una corriente de ventas que diluyó toda la presión compradora».