Mucho se ha hablado en la última semana sobre un potencial canje del bono Boden 2015, el bono en dólares del Gobierno Nacional con vencimiento más corto. En su edición del domingo, el diario Perfil tituló: "El mercado descuenta un megacanje del Boden 2015". Un titular con toque sensacionalista y muy discutible, ya que en el precio del bono no se lo refleja un canje aunque sí un riesgo alto.
El Boden 2015 es el último bono que deberá pagar el actual Gobierno en su mandato. Es de hecho el título con mayor volumen de todo el mercado y se utiliza no sólo como instrumento de ahorro sino también para operaciones de dólar MEP y contado con liqui. Entre los argumentos más utilizados por los tenedores de este bono se pueden señalar: su vencimiento antes de las elecciones presidenciales, su alta TIR, su corta duration y el lema político del Gobierno de ser los "primeros y mejores pagadores de deudas", haciendo énfasis en que van a honrar todos sus compromisos asumidos. Desde el 1° de agosto el título ya trepó más de un 45% en su cotización en pesos.
El rendimiento de este bono es del 15% aproximadamente, medido en dólares. La rentabilidad de este bono es extremadamente alta, más aún teniendo en cuenta que sólo le queda un año de vida. Comparativamente, su rendimiento es un disparate: a 10 años, Alemania cotiza a 0,97%, Suiza a 0,45%, Estados Unidos al 2,53% y Japón al 0,51%. Incluso países en situación económica complicada tienen bajas tasas de interés: Brasil 4,23%, España 2,19%, Italia 2,38%, Portugal 3,08% y Grecia 6,00%. Y Argentina el 15% a un año!!! Más allá que la curva soberana argentina tiene pendiente negativa y la TIR de los bonos a 10 años es menor, aún sigue siendo de dos cifras.
Un canje de Boden 2015 sería una decisión muy razonable en el contexto actual: las reservas cerraron el viernes levemente por encima de los 28.000 millones de dólares en mínimos de 5 meses y con marcada tendencia negativa. El 30 de septiembre pagan renta los bonos Par, el 3 de octubre será el turno del Boden 2015 y el 17 el Bonar X. Todo esto generará más presión sobre las reservas.
La falta de divisas plantea numerosos interrogantes y el canje de Boden 2015 emerge como una alternativa. Pero el canje debe ser voluntario, no forzoso. Un canje compulsivo implica un nuevo default, mientras que un canje voluntario ofrece una elección a los inversores. Dependiendo del atractivo de las condiciones del canje la aceptación será buena o no.
¿Quiénes aceptarían un canje? En primer lugar, aquellos organismos oficiales o con directa relación con el Ejecutivo, que tuvieran tenencia de estos bonos: Anses, BCRA, Banco Nación, por nombrar algunos.
En segundo lugar, aquellas entidades que actúan en mercados regulados y cuyos reguladores pudieran emitir normativas o "recomendaciones" de aceptación del canje: bancos y aseguradoras principalmente. Sin embargo, las dos normativas de desdolarización de cartera a los bancos han hecho que sus tenencias actuales sean bajas.
Por último, todos aquellos inversores privados que lo consideren conveniente. Para ello el Gobierno debería ofrecer condiciones atractivas que inciten a los tenedores a aceptar el canje propuesto. Muchos preferirán quedarse con los Boden 2015 y cobrarlos según lo establecido en el prospecto. Otros optarán por aceptar el canje: podría ser un bono a 5 años, de rentabilidad superior al 10% y tal vez con algún beneficio fiscal en el medio.
Lo más lógico sería que se emitiera un nuevo bono en dólares para reforzar las reservas y poder pagar sin problemas el Boden 2015. Esta es una práctica habitual en los mercados financieros internacionales. Pero, en este contexto, pensar en un canje del Boden 2015 no parece descabellado. Mientras el canje sea voluntario, será positivo. Quien lo considere atractivo lo aceptará, y quedarán más dólares para aquellos que decidan quedarse con sus Boden 2015.
El autor es Lic. en Ciencias Empresariales y tiene un Master en Banca y Regulación Financiera. Actualmente se desempeña como Analista de bolsa en TSA Bursátil, una empresa del Grupo Transatlántica