La evolución de los precios ha sido uno de los principales focos de debate macroeconómico en los últimos años. No solamente por su marcada tendencia alcista sino también por la desprolijidad y descrédito de las mediciones del Indec. Por eso cuando se comunicó oficialmente allá por febrero la creación de un nuevo índice denominado IPCNu (Índice de Precios al Consumidor Nacional Urbano), el público lo celebró como un sinceramiento y una medida pro-mercado. Así, los bonos con ajuste por CER marcaron fuertes rallys en pocas ruedas: PR12, PR13, Cuasipar, Par en pesos y Discount en pesos, entre otros. Por ejemplo, el PR13 pasó a cotizar de 185 a 278 en poco más de un mes.
Sin embargo, la confianza en este nuevo indicador duró poco. La divergencia entre lo publicado por el Indec y por organismos privados fue acrecentándose cada vez más hasta retornar a niveles de 2013. Sobre este punto habría que hacer varias salvedades. Por un lado, es indiscutible que el Indec cuenta con mayores recursos que cualquier consultora privada para medir la evolución de los precios. Por otro lado, es también verdad que algunas consultoras tienen intereses políticos detrás de sus publicaciones.
No obstante, hoy las cifras publicadas por el Indec parecen distar bastante de la realidad. El siguiente gráfico ilustra la evolución del IPCNu, publicado por el INDEC, y el IPC Congreso, que surge de distintas estimaciones privadas:
Se puede apreciar que la brecha entre ambas estimaciones ha crecido con el correr de los meses. Mientras que en enero la diferencia entre los índices fue levemente menor al 25%, en mayor promediaba el 60% y en agosto ya superó el 100%.
Según el IPC Congreso, la inflación en los primeros ocho meses de 2014 fue del 24,54% y ha alcanzado el 40,38% en los últimos 12 meses. Distintas consultoras privadas ubican la inflación en esa área: Fiel 40,3%, M&S 40,2%, Bevacqua 39,6% y Elypsis 38,2%. Sólo Bein se aleja de este rango al estimarla en un 34,4%. Todas cifras muy altas y preocupantes.
La inflación es uno de los principales temas que el equipo económico del Gobierno nunca ha combatido seriamente. Luego pueden darse debates como por ejemplo si los precios aumentan porque se devaluó o si hay que devaluar porque aumentaron los precios y entonces hay que ganar en competitividad (lo más parecido al dilema del huevo y la gallina). O qué tan directo es el impacto de la emisión en la inflación.
Lo cierto es que la inflación ya abandonó el escalón del 25% anual para subirse a un 35% (o por qué no un 40%). Teniendo en cuenta que el BCRA deberá emitir más de 100.000 millones de pesos en el último cuatrimestre del año para financiar al Tesoro, los datos mensuales de inflación tenderán a la suba nuevamente. Este aluvión de liquidez impulsará al alza al precio de la divisa en el mercado informal, trasladándose dicha suba a las cotizaciones en pesos de los bonos en dólares que cotizan en bolsa (RO15, AA17, AY24, Discount en dólares y Par en dólares, entre otros).
En este contexto, los bonos ajustables por CER surgen como una alternativa más para aquellos inversores que buscan quedarse posicionados en pesos y obtener rendimientos por encima de lo que puede brindarles un plazo fijo. Es verdad que serían activos más atractivos si se tomara el IPC Congreso para el cálculo de sus flujos. Sin embargo, con datos de inflación que deberían subir en los próximos meses, estos instrumentos emergen como alternativa de diversificación en las carteras de renta fija.
El autor es Lic. en Ciencias Empresariales y tiene un Master en Banca y Regulación Financiera. Actualmente se desempeña como Analista de bolsa en TSA Bursátil, una empresa del Grupo Transatlántica