Sin lugar a dudas el papel más castigado en los últimos meses ha sido Petrobras. La acción de la petrolera estatal brasilera se ha desplomado desde el 3 de septiembre, cuando marcó su máximo valor anual en 2014 de 20,94 dólares. Y si bien un posible giro político reavivó expectativas de cambio de tendencia, la victoria de Dilma y otros factores generaron el ambiente perfecto para nuevas caídas.
Es de notar que sólo en el último mes perdió un 42% de valor, habiendo marcado el viernes su mínimo anual de 9,51 dólares. Los siguientes gráficos permiten ilustrar esta situación. En el primero, se ve la evolución del papel en los últimos tres meses, evidenciando la pérdida de más de un 50% de su valor en bolsa. En el segundo, se compara la performance de Petrobras contra el S&P 500, a fin de descartar que su movimiento haya ido en línea con una tendencia del mercado (más bien queda claro que pasó todo lo contrario).
Las causas que permiten explicar el desplome de la acción en estos meses son diversas, pero hay dos que se destacan por sobre el resto.
En primer lugar, el resultado de las elecciones presidenciales ratificando la victoria de la candidata oficialista Dilma Rousseff por sobre el candidato del PSDB Aécio Neves. El mercado claramente prefería una victoria del segundo y la expectativa se mantuvo hasta el final, en la elección catalogada como la más pareja en la historia de Brasil. De hecho la acción sólo se comportó al alza en los días que Neves lideró las encuestas (primeros días de octubre). El posterior liderazgo de Dilma en las encuestas y la confirmación de su reelección terminaron con la expectativa de un posible cambio, y la acción retomó el sendero bajista.
En segundo lugar, y con mayor implicancia, el escándalo de corrupción que involucra a Petrobras y la prensa local bautizó como “Petrolão”. Según denuncias e investigaciones en curso, a través de la empresa petrolera se habría generado una red de corrupción de escala nacional que salpica a las empresas más importantes y al partido político de Dilma.
Se sospecha que habría irregularidades en contratos por 22.000 millones de dólares, a los cuales se les cargaba un sobreprecio no inferior al 3%. Gran parte de este dinero era destinado luego al financiamiento de campañas políticas del oficialismo y partidos aliados. El resto era repartido entre los participantes de las operaciones. La suma total movida de forma ilegal ascendería a los 3.800 millones de dólares.
La investigación sobre corrupción, sobornos y prácticas ilegales en Petrobras comenzó a copar las portadas de los periódicos locales en marzo cuando fue arrestado el ex director de abastecimiento de la empresa, Paulo Roberto Costa. Costa, a cambio de una reducción de su pena, denunció a legisladores, ejecutivos de empresas y políticos de alto rango.
Este viernes más de 300 agentes de la policía federal detuvieron en simultáneo a al menos 23 ejecutivos de las firmas más importantes de Brasil y allanaron oficinas en las plazas financieras más importantes, todo en el marco de esta investigación. Entre los detenidos se encuentran directivos de las siguientes empresas: Camargo Correa, Queiroz Galvao, Iesa, UTC, OAS, Mendes Junior, Engevix, Galvao Engenheria y Odebrecht.
Un dato no menor es que Dilma presidió Petrobras entre 2003 y 2010, lo cual pone a la mandataria también en el ojo de la tormenta, ya sea por su partido político como por su desempeño dentro de la compañía.
La megacausa donde se investiga la red de corrupción que rodea a la petrolera estatal ha sembrado lógicamente pánico en los mercados. Esta es la principal causa del desplome de la acción y los bonos de Petrobras en las últimas semanas.
Pero además hay otras causas que colaboraron para meter mayor presión bajista al papel:
Demora en la presentación de los resultados trimestrales: el viernes Petrobras postergó por tercera vez la publicación de sus resultados correspondientes al tercer trimestre de 2014. Su auditor PwC informó el mes pasado que no firmaría los resultados hasta tanto se investigue a fondo el escándalo de corrupción. Se espera ahora que Petrobras publique sus resultados “sin auditar” el próximo 12 de diciembre.
Atraso en los precios de combustibles: el jueves 6 de noviembre la petrolera anunció un alza del 3% en los precios de gasolina y del 5% del diésel. Estos aumentos fueron postergándose por varios meses, ya que el costo de la gasolina tiene una alta ponderación en el índice de inflación. Ante la presión de una inflación creciente, el gobierno estiró al máximo el aumento de precios. Si bien esta suba de precios es muy beneficial para los números de la petrolera (podría generar un crecimiento del EBITDA de 2,5 billones de dólares), aún resulta insuficiente.
Caída del precio del crudo: el precio del petróleo se ha desplomado en los últimos meses. Tal es así que el West Texas, de referencia en Estados Unidos, se encuentra en mínimos de 3 años, cotizando en niveles de 74 dólares (-35% desde junio). El petróleo barato ha afectado no sólo a Petrobras sino a todas las compañías energéticas (Schlumberger, Statoil, por mencionar algunas).
Debilidad del real frente al dólar: el real brasilero cotiza hoy en mínimos de 9 años frente al dólar estadounidense. La fortaleza del dólar (reflejada en el DXY, EURUSD y JPYUSD principalmente) es tema de gran preocupación en todo el mundo, especialmente en los países emergentes. El real ha sido una de las monedas más castigadas, junto con el rublo ruso.
Tamaño y costo de la deuda: según fuentes de mercado, Petrobras emitió bonos por 51 billones de dólares en el último lustro. Estos títulos representan más del 25% de las emisiones de deuda corporativa de Brasil y ubican a Petrobras como el mayor emisor de bonos para una empresa de un país emergente. No sólo es importante su volumen emitido, sino también el costo de su deuda: según su curva de rendimientos, los bonos a 10 años rinden en promedio 6,5%. En un mundo de tasas desplomadas, este costo es excesivo para cualquier empresa.
Gran inversión en CAPEX: la empresa se encuentra en un programa de inversiones de 236 billones de dólares entre 2012 y 2016. De ahí la presencia tan activa de Petrobras en los mercados de deuda internacionales. Esto requiere de una enorme inversión y su balance no presenta gran versatilidad para afrontarlo. La creciente necesidad de financiamiento empieza a generar preocupación entre los tenedores de deuda corporativa. Reducir sus inversiones en CAPEX se traduciría en menor actividad económica en Brasil, un efecto indeseado para las autoridades actuales. Mantener su programa actual afectaría positivamente potenciales ingresos futuros, pero aumentaría considerablemente su endeudamiento y costo de la deuda.
Posibilidad de una ampliación de capital: la solución más simple para afrontar las inversiones en CAPEX y mejorar el balance es realizar una ampliación de capital. Esto sería muy positivo para la empresa pero no tanto para los inversores, ya que verían cómo sus acciones se diluyen. En caso de avanzar en este sentido, la acción podría caer otro 20% más.
Todos estos factores sirven para explicar el desplome en el precio de las acciones y los bonos de Petrobras. Pero sin lugar a dudas el capítulo de la corrupción es el más determinante y el que seguirá marcando predominantemente el comportamiento de corto plazo de los papeles.
El autor es Lic. en Ciencias Empresariales y tiene un Master en Banca y Regulación Financiera. Actualmente se desempeña como Analista de bolsa en TSA Bursátil, una empresa del Grupo Transatlántica