En abril se registró una histórica caída del estimador del PBI. Pero el exceso de emisión para financiar al Tesoro podría tener consecuencias similares sobre las familias y empresas
Por Roberto Cachanosky
Hasta el 23 de junio, último dato disponible al momento de redactar estas líneas, el BCRA había emitido $200.000 millones durante el mes en curso para financiar al Tesoro vía transferencia de utilidades contables. Si se considera que el promedio de ingresos tributarios del Sector Público Nacional de los primeros cinco meses del año da $312.000 mensuales, y teniendo en cuenta lo mal que viene la recaudación de la AFIP, lo más probable es que el mes, nuevamente, convierta a la emisión monetaria en la principal fuente de financiamiento de la Administración Central. Por el momento el financiamiento del gasto vía emisión sería equivalente al 64% de los ingresos tributarios estimados en junio.
Si se toma la evolución de los ingresos tributarios del Sector Público Nacional de los primeros 5 meses del año, se concluye que sumaron $1.922.926 millones y el financiamiento vía “maquinita” del BCRA estuvo en $1.309.772 millones, representó el 68% de los recursos genuinos, aunque con una clara tendencia al deterioro fiscal como puede verse en el siguiente gráfico.
En enero el Tesoro no recurrió a la emisión monetaria porque utilizó rentas de la propiedad del Fondo de Garantía de Sustentabilidad del Anses que le agregó dinero al fisco por casi $30.000 millones. O sea, la Administración Central se viene financiando a pura emisión y vaciando el FGS que no son otra cosa que los ahorros que muchos trabajadores tenían en las AFJP y el Estado se los expropió.
Pero la emisión monetaria que medida por la base tuvo un aumento del 24% desde el 10 de diciembre, es acompañada, además, por un fenomenal aumento del stock de Leliq y Pases netos que pasó de $1,1 billones el 10 de diciembre de 2019 a $2,2 billones al 23 de junio pasado.
Como puede observarse en el gráfico previo, a partir del 8 de junio último, el stock de Lleliq y Pases Netos supera a la base monetaria. Seguramente el lector recordará que en plena campaña electoral, uno de los caballitos de batalla del Presidente era “con lo vamos a ahorrar de intereses le vamos a dar un aumento del 20% a los jubilados y remedios gratis”.
Haciendo un cálculo grosero y sin tomar tasa compuesta, solo la tasa nominal anual, el costo de las Leliq al 10 de diciembre era de $422.878 millones anuales. Al 23 se junio, el mismo ejercicio arroja un monto de $621.589 millones al año.
Es decir, el Gobierno está cometiendo la misma torpeza monetaria que cometió Cambiemos, aunque en forma más rudimentaria porque emite sin respaldo en dólares que tomaba como deuda la administración anterior. Cambiemos expandía base monetaria contra la deuda externa que tomaba para financiar el déficit fiscal en su política gradualista, y el Frente de Todos emite perdiendo reservas, a pesar de tener saldo de balance comercial positivo por fuerte caída de las importaciones, superior al de las exportaciones, dada la recesión violenta en que la cuarentena metió la economía. Es de imaginar que si en algún momento se levanta la cuarentena, algo más se va a producir, algo van a aumentar las importaciones de insumos, y la pérdida de reservas puede agravarse.
Sin plan económico
Pero volviendo al problema de fondo, es que ante la ausencia de un plan económico, el Gobierno solo atina a una fuga hacia adelante con más cuarentena, emisión monetaria y endeudamiento del BCRA generando un fuerte aumento del gasto cuasifiscal. Es una combinación letal que, inevitablemente, va a terminar en una crisis económica con serios problemas sociales.
Es que Alberto Fernández y el gobierno en general, no generan confianza, ni la van a generar con ese comportamiento setentista y de avasallamiento de la propiedad privada. Sin confianza, no solo brillarán por su ausencia las inversiones, sino que, además, es imposible recuperar el valor de la moneda y la caída en la demanda de dinero será inevitable a la salida de la cuarentena, con el consiguiente impacto en el stock de Leliq.
En caso de producirse una fuga importante de depósitos del sistema financiero que hoy están atrapados por la cuarentena y el semicorralito que estableció el BCRA, las opciones serán: 1) emitir para hacer frente a los pagos en ventanilla porque los bancos no pueden pagar con Leliq o 2) un plan Bonex.
Es impensable corregir este problema económico retocando el tipo de cambio, la tasa de interés o modificando tal o cual impuesto. Argentina necesita un giro de 180 grados en su política económica y en su discurso político, algo que este gobierno ya no está en condiciones de ofrecer, ni por filosofía, ni por convicción. Y por más que cambiara el discurso, dudo que vaya a generar algún grado de confianza en los agentes económicos.
Hoy la economía se está desangrando. Lo vemos en la caída del nivel de actividad, el aumento de la desocupación, la pobreza y la inflación reprimida. Pero la peor parte de la crisis económica todavía no la vimos. Se está incubando en la expansión monetaria, el aumento del gasto público y el crecimiento del gasto cuasifiscal.