La conducta de los bonos y la lectura fina de los datos bursátiles indican muy claramente cuáles son las expectativas del mercado. En la Argentina actual, el “todo tiene que ver con todo” fue reemplazado por “todo tiene que ver con el dólar”
Todo el mercado, de alguna u otra manera, acentuó el viernes su cobertura en dólares. Las elecciones del próximo domingo van a encontrar una importante cantidad de ciudadanos que no quieren que el futuro los sorprenda con pesos en sus bolsillos. El día después de los comicios genera desconfianza.
Si bien los precios de la divisa no variaron, hubo fuertes negocios y grandes intervenciones del Banco Central, que pudo comprar una importante cantidad de dólares en la plaza mayorista, por las restricciones que aplicó a las entidades sobre sus tenencias de divisas hasta fin de mes. En el mercado oficial de los dólares financieros, donde utiliza el bono AL30D para las operaciones de dólar MEP o Bolsa, intervino con casi USD 25 millones, su volumen de aparición más elevado después del último ajuste al cepo. Pudo bajarlo, pero no tuvo más remedio que dejar que corriera y suba a $ 181,26 (+70 centavos).
También intervino en la plaza del GD30 donde se hace fuerte el contado con liquidación. Negocia a la par del MEP. Allí también intervino, algo que en octubre era excepcional y en noviembre se hizo habitual. Por eso el dólar MEP cerró en $ 205,22 (+$1) y el contado con liquidación se mantuvo en $ 215 aunque contra acciones en el Senebi, la plaza donde las operaciones se hacen cara a cara con el operador y no se publican en pantalla, superó $ 216.
Extraña quietud
El “blue” o dólar libre se mantuvo en $ 199, pero en la plaza mayorista el Central sorprendió bajando al dólar 2 centavos a $ 99,95, algo que no ocurría hace 22 meses. Esto se debió a que, al atarles las manos a los bancos, le restó demanda de importadores al mercado y hubo más oferta de los exportadores. De esta manera, además de bajar al dólar oficial pudo comprar nada menos que USD 200 millones y elevar las reservas en 209 millones a USD 42.785 millones.
Pero atrás de esa demostración de supuesta fortaleza del anclaje del dólar, hay varias manifestaciones firmes de que el mercado está convencido de que habrá devaluación y que puede ser de entre 30 y 50%, revisando lo que sucedió históricamente en situaciones similares.
Por eso los bonos que están atados al precio del dólar oficial (dollar linked), tuvieron fuertes subas y algunos dan rendimientos negativos. El T2V2 aumentó 0,91%; el TV22, 0,51% y el TV23, 0,48%. Los mercados de futuro también marcaron su presunción devaluatoria y el Banco Central vendió fuertes cantidades en las posiciones que van de fin de noviembre a enero para evitar que cierren en precios más elevados. El dólar a fin de año vale $ 107,39 y a fin de enero $ 114,10. Esto equivale a una tasa de 6,25% mensual o 75% anual. Las operaciones de dólar sintéticos combinando bonos dollar linked con venta de futuros fueron intensas, los jugadores obtienen una tasa elevada con esta combinación.
También la Bolsa demostró que apuesta a la devaluación. El S&P Merval, el índice de las acciones líderes, subió 1,79% de la mano de Aluar (+5,68%) y Ternium (+4,7%). ¿Qué tienen en común estos papeles? Que sus principales ingresos provienen de las exportaciones, por lo tanto una devaluación mejoraría notablemente sus balances. Este razonamiento se extendió al índice general de las acciones donde San Miguel (+7,6%), exportadora de limones, y Agrometal (+7,05%) fabricante de maquinarias agrícolas, sobresalieron.
En la Argentina el “todo tiene que ver con todo”, fue reemplazado por “todo tiene que ver con el dólar” y así seguirá esta semana.