La petrolera deberá afrontar el pago de USD 500 millones de intereses de su deuda. Además se conocerán datos de empleo en EEUU
Luego de la baja del riesgo país que se registró el último viernes, la atención de los inversores se vuelve a posar sobre los pagos que deberán hacer algunas empresas y las novedades políticas y económicas que lleguen de Estados Unidos.
El lunes va a ser un día complicado. YPF pagará de su caja alrededor de USD 500 millones de intereses de su deuda. Por supuesto, que esos dólares están depositados en bancos oficiales y se sentirán en los encajes por eso afectara a las reservas. La empresa se queja porque la caja de recursos propios se achicó por el atraso de los precios de los combustibles.
Todo lo que viene por delante esta semana es complicado. El sector externo no ayuda. El drama político alrededor de Donald Trump y el informe de desempleos en Estados Unidos van a ser los que van a definir la suerte de Wall Street que el viernes cerró en baja. Los norteamericanos esperan un mes de alta volatilidad y esto va a impactar en el precio de los bonos norteamericanos que son la referencia para el riesgo país argentino.
La baja del riesgo país de 77 puntos del viernes (una cifra importante nominalmente, pero que no cambia en nada la vulnerabilidad argentina) a 2.157 puntos básicos, fue el “rebote del gato muerto”. Subieron los bonos cortos y medianos y se mantuvieron sin variaciones los de plazo más largo.
El Bonar 2024, el título de referencia de la deuda, subió 4,67% y el Bonar 2020, 3,82%. Pero los bonos largos, que son los que más influyen en la definición del riesgo país, se mantuvieron equilibrados. El Discount en dólares con ley neoyorquina aumentó 1,78% y su versión con ley argentina, 1,06%.
Atribuir la baja del riesgo a las declaraciones de Alberto Fernández sobre su idea de restructurar la deuda a la uruguaya, se parece más a buscar alguna explicación a un movimiento inesperado que a ver la realidad. Lo de Fernández fue un esbozo, porque en Portugal también dijo que iba a imitar el modelo portugués, que fue doloroso, por cierto. Pero es poco creíble que en la Argentina pongan impuestos a los salarios como en Uruguay para pagar la deuda y sometan al gasto público a un ajuste extremo. Para tomar semejantes medidas se necesita un poder mayor al que va a tener el posible nuevo presidente. Un poder compartido no favorece a estas medidas tan impopulares.
La realidad fue que hubo muchos compradores de oportunidad porque las paridades de los bonos estaban muy bajas y porque las operaciones de contado con liquidación versus dólares MEP, que se negocian en la Bolsa, provocan un movimiento equilibrado de entrada y salida de dólares del país. Se gana mucho dinero vendiendo contado con liquidación y comprando dólares en el MEP. El movimiento se exacerbó porque hay que pagar salarios y los empresarios aprovecharon para cubrirse. Además, el lunes tienen los vencimientos de fin de setiembre en el mercado de futuros.
De hecho, el contado el “contado con liqui”, como se lo lama en la jerga, bajó 1% a $ 61,50 y el dólar MEP cerró en $ 60,78.
Por otra parte, la lista que publicó el Banco Central de los que se excedieron en la compra de USD 10 mil dólares diarios más la amenaza de investigación de los “coleros” (los que compran por cuenta y orden de otra persona que tiene su cupo agotado) hizo que el mercado se vuelque a estas operaciones haciendo subir a los bonos que son los instrumentos centrales para el contado con liqui y el dólar MEP. Los controles solo sirven para encarecer al dólar.
En lo demás, nada cambió. El dólar mayorista tuvo que ser frenado por las intervenciones de los bancos oficiales y cerró con una suba de 0,20% a 57,32, mientras el dólar en bancos y casas de cambio subió 5 centavos a $ 59,56. El “blue” se mantuvo en $ 61,25.
El hecho de haber ajustado los controles sobre las compras de dólares en bancos y casas de cambio, fue una muestra de debilidad del Banco Central que el mercado no va a perdonar. Percibió inmediatamente la debilidad que tiene la autoridad monetaria en las reservas y esto despierta más apetito por la compra de dólares.
Seguramente, acelerará la caída diaria de las cuentas de los bancos. El martes pasado se fueron de las entidades USD 90 millones, una cifra que se puede considerar modesta, pero las reservas el viernes perdieron USD 290 millones porque se le sumaron la baja del oro y del euro.
Nada hace creer que se de vuelta la historia de los mercados financieros locales. Que el riesgo país siga en baja, que no haya que seguir vendiendo reservas para contener al dólar, que se detenga la caída de depósitos y que siga la fuga de capitales.