• Para frenar al dólar.
• Operadores dicen que hay además escasez de divisas por menores ventas de exportadores.
La decisión de Alejandro Vanoli de bajar las tasas de interés en pequeñas dosis para evitar sobresaltos en el mercado cambiario empieza a tener ya algunos efectos poco deseados. En los tres días siguientes a que el Banco Central dispusiera un segundo recorte, casi simbólico, en los rendimientos de sus Letras de deuda, su mesa de dinero se vio forzada a convalidar un repunte de un centavo y medio en el dólar oficial, que está ya en los $ 8,635, y a vender u$s 125 millones en el mercado para evitar una suba mayor.
En el mismo período, el "blue" se mantuvo firme, en los $ 13,70, pero los contratos de dólar a futuro que se pactan en el Rofex saltaron hasta dos centavos y medio en todos los plazos que se ubican entre fin de enero y fin de junio, y a pesar de las intervenciones oficiales. En los últimos tres días, el Central no pudo acumular reservas y su stock cayó en u$s 50 millones (según los cálculos preliminares que informan a la prensa).
Los operadores explican que el mercado cambiario sufre ahora escasez de divisas por las menores ventas de exportadores, que se ubican en un piso de u$s 50 millones diarios, y que no alcanzan a abastecer a bancos y empresas para el pago de sus importaciones.
El Central redujo entre 8 y 15 puntos básicos, durante la semana pasada, las tasas de Lebac en pesos de plazos mayores a 120 días; y este lunes, en otros 30 puntos básicos, en las que son a 120 días. La decisión de hacerlo de manera acotada, y en diferentes etapas, apuntó a evaluar el impacto que va teniendo cada recorte en el mercado y en el precio del dólar. Se sabe que un abaratamiento del dinero facilita la liquidez a los tomadores de crédito y desalienta el ahorro de quienes ya tienen pesos en su poder, con lo cual un movimiento en este sentido puede terminar por incrementar el dinero en poder del público, nutrir la demanda de dólares y generar mayor presión cambiaria. El mercado recuerda el frustrado recorte de tasas que pretendió forzar el ministro de Economía, Axel Kicillof, a fines de agosto pasado, cuando Fábrega presidía el Central: el ajuste, de 100 puntos básicos, debió ser revertido la semana siguiente tras una disparada del "blue".
En las tres primeras semanas de enero, el Banco Central absorbió el 70% de la emisión monetaria que había hecho en diciembre para financiar al Tesoro, pero no alcanzó con esto a desacelerar el ritmo de expansión de dinero. "Aun en este contexto, es posible seguir financiando con emisión el déficit del Tesoro que, en términos de magnitudes, es el más elevado de los últimos años, sin afectar la tasa de interés", comentó ayer un informe de los economistas de Quantum Finanzas.
En los bancos no ocultan el temor. Consideran que el mercado cambiario no está preparado para un ciclo expansivo y que el avance oficial hacia un recorte de tasas más agresivo sería irracional e imprudente. "No creo que encuentren margen para hacerlo, si bien no me sorprendería porque son capaces de todo. Hasta que no llegue la cosecha del agro no va a disminuir la presión sobre el dólar", comentó hace pocos días el gerente financiero de un banco local. Para evitar cualquier movimiento cambiario, la Comisión Nacional de Valores (CNV) avanzó en estas semanas sobre operaciones de bonos que realizan los bancos y que influyen en los precios del contado con liquidación. Esfuerzos oficiales que no alcanzaron a alterar una conocida ley del mercado.
Fuente: http://ambito.com/diario/noticia.asp?id=776067