La consultora Idesa destacó los ingresos percibidos por el sinceramiento fiscal, aunque indicó que la recuperación económica se materializará cuando disminuya la carga fiscal.
El resultado del blanqueo de capitales es una “muy buena noticia”, aunque aumenta “la tentación de seguir dilatando la reducción del gasto público”, estimó un estudio del Instituto para el Desarrollo Social Argentino (Idesa).
“Un factor clave que potencia los riesgos de postergar el ajuste fiscal es que los bonos del Estado estén exentos del pago de impuestos”, sostuvo.
Y propuso: “Es recomendable comenzar a eliminar las exenciones impositivas a los títulos públicos, reducir impuestos sobre la producción y aumentar energías en reducir el gasto público.”
Al alcanzar los u$s 116.80 millones, el blanqueo argentino fue el segundo más grande de la historia y significó un ingreso a las arcas públicas del 1,2% del Producto Bruto Interno (PBI), pero Idesa advierte que representa una “tentación” para no bajar el gasto público.
De ese modo, argumentó: “Este trato privilegiado a los títulos públicos facilita la emisión de deuda pública induciendo una masiva entrada de dólares blanqueados que generan mayor atraso cambiario, desalentando o postergando la recuperación de la actividad económica”.
Según datos del Ministerio de Hacienda de 2016, los ingresos totales del sector público nacional alcanzaron al 20% del PBI, mientras que los gastos totales ascendieron al 26% del PBI, lo que implica un déficit fiscal del 6% del PBI.