En solo seis ruedas, los ahorristas compraron casi el 60% de lo que se vendió el mes pasado. Julio, con 306 mil operaciones, había sido el mes récord desde que se reactivó la venta
En lo poco que va de agosto, las personas autorizadas por la AFIP a comprar una cantidad limitada de dólares para atesoramiento ya se hicieron con más de la mitad de lo que habían comprado durante todo de julio, un mes que ya de por sí había sido récord para esta operatoria inaugurada en enero de este año por efecto del medio aguinaldo. Tras el default, los ahorristas apuraron sus compras de divisas en el mercado formal.
En las primeras seis ruedas hábiles de agosto, aún con un paro bancario el día 7 que redujo mucho el volumen, los contribuyentes compraron u$s 126.481.658 por la vía del “dólar ahorro”. La cifra supone un aumento del 55% respecto a la que se había alcanzado a misma cantidad de días hábiles del mes pasado: al 8 de julio las compras de dólares en las ventanillas de bancos y casas de cambio acumulaban $ 81.430.766.
Con más de 306 mil operaciones en todo el mes, julio fue récord en compras de “dólar ahorro” que sumaron entre todas más de u$s 205 millones. Las más de 177 mil operaciones concretadas hasta el viernes pasado, por otro lado, equivalen a casi el 60% de las que se hicieron en julio.
El efecto de los aguinaldos explicó en buena parte el récord de julio, alcanzado a pesar de que la AFIP prácticamente dejó fuera de la operatoria a los monotributistas por primera vez desde que se instauró la posibilidad de usar hasta el 20% del ingreso mensual promedio del último año para comprar divisas. Según datos analizados por el economista Ariel Setton, el mes pasado se redujo 99.5% la validación de compras a monotributistas, pero la baja no alcanzó a compensar el aumento en las compras.
En lo que va de agosto, el volumen operado en el mercado cambiario mayorista se redujo considerablemente. Las seis ruedas ya transcurridas promediaron u$s 105 millones transados por día en el Mercado Abierto Electrónico, menos de un cuarto de lo que se operaba en agosto pasado.
La caída es la consecuencia más inmediata del default en el que entró la Argentina el 30 de julio pasado, según el economista Federico Muñoz. “El aumento de la incertidumbre y de las expectativas devaluatorias espantaron a los oferentes de divisas. La reacción del BCRA frente a esa contingencia fue pisar firmemente la demanda de dólares (más particularmente las destinadas al pago de importaciones) para evitar que se reanudara la sangría de reservas”, escribió en un informe.