Si bien en los últimos días se observó una vuelta de la volatilidad cambiaria, aunque los analistas dudan que esta tendencia continúe
La semana pasada los tipos de cambio volvieron a las alzas tras varios meses de estabilidad. El regreso de la volatilidad cambiaria fue, sin dudas, una luz amarilla en el tablero del programa económico de Luis Caputo, pero los analistas creen que que a la suba del dólar libre no le queda mucho combustible.
El dólar Contado con Liquidación (CCL) llegó a un máximo de $1.256 para luego cerrar el viernes en $1.234, el MEP llegó a $1234 y bajó a $1.205, mientras que el Blue alcanzó un récord de $1.300 y cerró la semana con una cotización de $1.220.
Entre los principales factores de las subas, los analistas señalan la lenta liquidación del agro de la cosecha gruesa, lo que es fundamental ya que el 20% del ingreso de divisas se liquida al CCL, y la nueva baja de tasas del Banco Central de 10 puntos porcentuales al 40% nominal anual.
“Lo llamativo era que a pesar de todas esas bajas los tipos de cambio se mantenían incólumes, sin reacción. Por alguna razón la última baja fue la gota que rebalsó el vaso y el dólar respondió. Esta suba se da en el contexto de una discusión sobre si hay atraso cambiario. El riesgo es que si la inflación se mantiene por encima de la tasa de depreciación del tipo de cambio oficial por varios meses la situación se va a ir complicando. Por ahora esta suba de los paralelos es simplemente una alerta que esperemos lleve al Banco Central a reflexionar”, dijeron desde Econviews.
No obstante, las diferentes consultoras son optimistas y no creen que se mantenga una tendencia alcista en los dólares paralelos.
Desde Delphos Investment aseguraron: “En el corto plazo creemos que las posibilidades de suba de los tipos de cambios paralelos serían limitadas con mayores chances de estabilización cerca de los niveles actuales. Los fundamentals macroeconómicos no avalan una escapada mayor del CCL, pero no logran contrapesar el incremento de la incertidumbre. Se necesitarían nuevos drivers positivos (aprobación de la Ley Bases, mayor liquidación de divisas, mejora del clima externo, etc.) para catalizar un movimiento más favorable a los activos argentinos”.
Por su parte, el informe de GMA Capital aseguró: “No existen motivos macroeconómicos para pensar en mayor volatilidad del tipo de cambio: las principales ‘canillas’ de emisión de pesos fueron cerradas, el Tesoro se encamina a anotar el primer año de superávit fiscal desde 2008 y el BCRA está acumulando dólares”.
En tanto, Consultatio sostuvo: “La espectacular apreciación real del tipo de cambio libre en los últimos meses se explica fundamentalmente por el compromiso mostrado por el gobierno por lograr la consolidación fiscal y el avance en la reducción de desequilibrios macro. En la medida en que esa no cambie, la suba del tipo de cambio tiene un techo. Y entendemos que más allá de las dificultades conocidas, esa convicción del gobierno sigue firme”.
“El esquema 80-20 ciertamente dio profundidad a la apreciación, pero es el superávit el que marcó la dirección. Por ello, independientemente de la volatilidad que pueda tener, descartamos una espiralización de la brecha. El riesgo de una suba mayor es fundamentalmente político. Al cierre de mercado se conoció la posibilidad de un cambio de gabinete luego del tratamiento de la ley de Bases. Este será un tema a monitorear de cerca”, agregó.
Con más cautela, desde la consultora Outlier proyectaron: “Creemos que luego de las subas de la semana pasada, es probable que el CCL empuje hacia abajo dado el mejor nivel de dólar exportación que ha dejado (y de hecho el mismo viernes se vio un monto considerable de liquidación agropecuaria)”.
“Sin embargo, difícilmente vuelva a operar por debajo de $ 1.100 en el corto plazo con estas tasas de interés o, mejor dicho, diferenciales de tasa de interés en dólares si no hay novedades (avances) en alguno de los frentes que se mencionaron en el apartado anterior”, agregaron.
“En consecuencia, la brecha en el rango de 30%-40% puede haber llegado para quedarse y también el mayor nivel de volatilidad de los financieros. De cara al segundo semestre ambos elementos contarían con más combustible, pues al bajar el ritmo de liquidación de los agroexportadores ya desde mediados de julio, el flujo comercial vía blend que llega el CCL irá en descenso”, concluyeron.