A contramano de las reservas, los depósitos en dólares parecen haber frenado su sangría. Ahorristas más chicos se fueron pero empresas mantienen esos recursos líquidos
La fuerte salida de los dólares depositados en los bancos desde la imposición de las restricciones bancarias implicó para los bancos una pérdida del 54% de los depósitos en sólo 23 meses. Se trata de ahorros del sector privado en dólares que las entidades financieras mantenían bajo administración en cajas de ahorro o cuentas corrientes. Incluso muchos de esos depósitos estaban colocados en plazos fijos. El efecto inmediato fue que, quienes usualmente recibían crédito en dólares de los mismos bancos, por caso los exportadores, dejaron de recibirlo y pasaron a financiarse en pesos. Ahora, con una nueva resolución del BCRA, deberán buscar financiación en el exterior.
Sin embargo, en las últimas ocho semanas, la sangría de depósitos en dólares se frenó. El fenómeno comenzó en septiembre con una suba de u$s 142 millones que surgían del pago del Bonar VII. El vencimiento del bono, que obligó al Gobierno a desembolsar unos u$s 2.000 millones el 12 de septiembre y hundió las reservas por debajo de los u$s 35.000 millones, aportó a las cuentas bancarias privadas unos u$s 52 millones, es decir, más del 40% de la mejora que registraron ese mes.
El dato es que desde entonces, y en contraste con lo que ocurre con las reservas del Banco Central (que ayer cruzaron -hacia abajo- la barrera de los u$s 33.000 millones), el sector privado parece, por primera vez desde fines de 2011, haber frenado sus intenciones de seguir retirando dólares de los bancos. ¿Se trata de un piso?
Para los analistas es difícil saberlo. Los números del BCRA muestran un rebote a fines de octubre (los últimos conocidos) pero dejan ver cierto freno en el goteo. Así lo sugiere la evolución que mostró el stock de este tipo de colocaciones que durante octubre cerró en u$s 6.823 millones, un incremento de apenas u$s 6 millones en el mes, pero de u$s 22 millones desde fines de agosto. Para tomar una referencia, en los mismos dos meses del año pasado, los depósitos habían perdido u$s 414 millones, si bien desde ese momento hasta ahora, es decir en la comparación interanual, la cuenta arroja una salida de u$s 1.124 millones de los bancos, casi u$s 95 millones por mes.
El fenómeno, vale aclararlo, no implica que los ahorristas vuelvan a confiar sus “verdes” a los bancos. En rigor, para los analistas, se trata de un monto en depósitos que en su mayoría está constituido por grandes empresas, aseguradoras, fondos de pensión, en definitiva, grandes jugadores que deben mantener liquidez en los bancos.
“Los ahorristas más pequeños, los que tenían ahorros en dólares por debajo del millón, son los que en su mayoría se han mostrado renuentes a mantener los depósitos pero en el caso de las grandes instituciones, empresas e inversores, esos recursos en muchos casos siguen en los bancos para darles liquidez”, señaló Ramiro Castiñeira, de la consultora Econométrica.
Otro dato que habrá que tener en cuenta es el blanqueo realizado vía Cedin. En lo que se considera la “primera etapa”, es decir, los tres primeros meses de vigencia, el sistema bancario habría registrado un saldo a favor por estos ingresos por u$s 272 millones, de los cuales al menos u$s 162 millones se habrían sumado durante septiembre y otro tanto durante octubre para compensar la salida de recursos.