Los tenedores de deuda vieron con preocupación la falta de certezas que se agrava ante la fecha límite del 31 de marzo que el ministro de Economía volvió a ratificar
Si había un escenario propicio para despejar dudas sobre el camino que seguirá el gobierno argentino en la renegociación de su deuda pública era el desayuno que el ministro de Economía, Martín Guzmán, mantuvo esta mañana en Nueva York con 50 hombres de negocios claves por sus intereses en la Argentina.
Uno de ellos, al salir del edificio del Council of the Americas, puso el valor de esa reunión en números. Estimó que en esas mesas estuvo sentado por lo menos el 40% de los tenedores de la deuda argentina. La principal inquietud quedó en la falta de precisiones de la extensa exposición de Guzmán –sin lectura ni powerpoint, tal como se estila en el Council– ya que no tuvo números concretos ni sobre el plan del Gobierno ni sobre eventuales condiciones de una oferta.
Y esa ausencia de certezas se vuelve más grave ante el único dato cierto que hasta ahora dio el gobierno y que hoy Guzmán reafirmó en Nueva York: la reestructuración estará resuelta antes del 31 de marzo.
El tiempo apremia y cada paso que da el ministro, a los oídos de los acreedores, suena a agregar dilaciones. Así se calificó, por caso, al proyecto de ley enviado al congreso la semana pasada. “La única novedad que trajo ese proyecto fue fijar las comisiones que cobrarán los bancos, que todavía no designaron”, dijo un representante de un fondo inversor.
Otro ingrediente que sembró escepticismo fue la respuesta del ministro a la pregunta que recibió sobre la situación de la provincia de Buenos Aires, en la que reafirmó lo dicho en su última conferencia de prensa en Buenos Aires. Pidió “buena fe” y resaltó que el esfuerzo que se les pide a los acreedores no es tan excesivo.
Algunos de los presentes tomaron esa definición acerca del camino seguido por el gobernador Axel Kicillof, apoyado con firmeza por el gobierno nacional, como un anticipo para la estrategia a seguir a nivel nacional. Creen que el gobierno podría seguir dejando pasar el tiempo y, una vez cercana la fecha límite del 31 de marzo, presentar una propuesta agresiva, unilateral y contrarreloj, con poco margen para ser discutida y negociada.
“Si uno intenta extrapolar la situación de la nación y la provincia, dado que se afirma que hay coordinación, lo único que se puede esperar es una oferta unilateral presentada sobre la hora. Y salvo que haya alguna sorpresa, una propuesta así corre serios riesgos de ser rechazada”, explicó otro ejecutivo.
“Uno no puede pretender que un gobierno adelante cuál va a ser su estrategia de negociación, por supuesto. Pero tampoco es posible que la única estrategia sea el silencio. No hay agenda, no hay asesores que intermedien, no hay negociación”, agregó.
La decepción no solo llegó porque Guzmán no ofreció pistas sobre la oferta del gobierno argentino, sino también porque tampoco hubo detalles sobre el plan económico del gobierno. Y esa crítica estuvo presente aún entre quienes valoran las capacidades académicas del ministro.
“Guzmán debe ser el ministro que más conocimiento de macroeconomía tiene de los últimos diez años”, dijo a Infobae uno de los asistentes a la reunión del Council of the Americas, tras soltar algunos comentarios poco felices sobre los ministros del gobierno anterior. “Pero no es posible que no ofrezca ninguna proyección, que no haya precisiones sobre el plan de su gobierno”, explicó.
Al mismo tiempo, la fuente puso sobre la mesa la situación de algunos acreedores, cercana a la resignación: “Si un inversor compró hace dos años un bono a la par que hoy vale 22 centavos, ya asumió su pérdida y sabe que lo van a rollear con otro bono. Ese inversor, por lo menos, quiere saber qué plan fiscal se va a seguir en los próximos años para poder cobrar ese nuevo título. Pero siguen sin explicar nada y el tiempo corre”.