El viernes, el dólar mayorista tuvo su mayor suba diaria desde septiembre de 2011. El Banco Central empezó vendiendo u$s 180 millones en las primeras dos ruedas de la semana, por lo que decidió trabar las operaciones. En apenas una semana, el ritmo anualizado del deslizamiento pasó del 24% al 27%
En la primera semana luego de la derrota oficialista en las elecciones legislativas el Banco Central pareció confirmar las previsiones de analistas y operadores, que esperaban una aceleración en el deslizamiento del dólar oficial. Con renovadas trabas a las compras cambiarias de importadores, líneas aéreas y otras empresas, el mayorista avanzó 4,5 centavos la semana pasada y anotó el viernes su mayor suba diaria en dos años, con casi dos centavos de avance. El dólar oficial quedó en $ 5,931 y las reservas en u$s 33.405 millones, una caída de u$s 566 millones en la semana.
En los 30 días antes de las elecciones, el dólar avanzó a un ritmo consecuente con una suba anual del 24%. El avance que le imprimió la entidad conducida por Mercedes Marcó del Pont en las cinco ruedas siguientes le agregó tres puntos porcentuales a esa tasa: 27% en los últimos treinta días.
La aceleración va en línea con previsiones privadas, de Empiria Consultores o Federico Muñoz & Asociados, entre otros, de una vuelta a un ritmo anualizado del 30%.
El cambio en la estrategia gradual del BCRA que se vio la semana pasada tuvo algunas peculiaridades.
La más saliente para una semana agitada en el frente cambiario se contó que la mayor parte del avance se concentró en una sola rueda. El viernes, el precio de referencia pactado en el sistema Siopel subió dos centavos o 0,337%.
Para encontrar un salto similar hay que remontarse al 1 de septiembre de 2011 (antes del cepo cambiario), cuando el tipo de cambio mayorista avanzó 3 centavos, o 0,7%, en un sólo día.
La autoridad monetaria ya había amagado con un despegue del ritmo de deslizamiento del dólar oficial el miércoles, cuando lo había empujado 1,3 centavo en la rueda del miércoles, pero sin la suba récord en más de dos años que anotó el viernes no podría haber movido el amperímetro.
La otra peculiaridad de la suba semanal estuvo en las formas. No se trató de una suba digitada milésimas por milésimas a través de intervenciones –compras y ventas– en el mercado cambiario. El BCRA le dio el empujón al oficial con una combinación de nuevas trabas a la operatoria y su desaparición como actor en el mercado.
La mesa de operaciones de la entidad que comanda Marcó del Pont, principal oferente en una plaza en la que los exportadores aportan apenas u$s 66 millones al día, dejó al mercado solo el miércoles, al tiempo que bloqueaba las compras de entre u$s 200.000 y u$s 300.000.
Desde junio, el BCRA revisa y autoriza (o no) las operaciones mayores a u$s 300.000 desde junio pasado, lo que impulsó a muchos a segmentar sus compras en varias de u$s 290.000.
La semana pasada, el BCRA frenó a quienes trataron de volar bajo el radar, tras tener que vender u$s 180 millones entre lunes y martes.
Las trabas a esas compras hormiga le permitieron al BCRA cortar con las ventas y hasta hacerse a un lado y dejar que el mercado moviera el precio.
El miércoles y el viernes, días de mayor suba de la divisa, la entidad no tuvo intervención en el mercado, según voceros. El jueves, se dio el lujo de comprar u$s 20 millones tras 21 ruedas consecutivas en las que no había logrado terminar con un saldo comprador.