Los mercados orientales abrieron con derrumbes. Se anticipa la salidas de capitales que venderán los bonos de países emergentes para volver a la divisa norteamericana
El domingo, hasta que Donald Tump escribió «No» en un tuit y anunció que a partir del viernes le sube los aranceles a China de 10 a 25% (alrededor de USD 200 mil millones), cambió el clima optimista de los mercados futuros que apuestan a las aperturas de las bolsas el lunes.
Todos los indicadores bursátiles estaban jugados al alza hasta ese momento. El presidente de Estados Unidos le cortó las luces a la fiesta que imaginaban los operadores. Wall Street preanuncia apertura con caídas de más de 2 por ciento. Europa tuvo alzas y bajas antes de la apertura que es más temprana que la de las bolsas norteamericanas y argentinas. A ellos la medida de Trump no los afecta.
En cambio, los mercados orientales abrieron en la noche del domingo de occidente y la mañana del lunes con derrumbes. El China A50, uno de los principales índices, estaba 6,34% abajo. China Shares lo seguía con 3,60% y Hong Kong con 4 por ciento. El Nikkei de Japón estaba perdiendo 2,30 por ciento. Cabe aclarar que se percibe alguna mejora en las cotizaciones que bajan por un momento y en seguida retoman el alza.
Este mal augurio puede contagiar a la Argentina y a Brasil con fuerza: habrá salidas de capitales que venderán los bonos de países emergentes para volver al dólar. Estos dos países serán los más afectados.
La semana pasada tuvieron una señal de alerta. Los depósitos en pesos en los bancos bajaron $9.600 millones, a pesar de que se les paga más tasa a los ahorristas. Los que se llevaron el dinero fueron las grandes empresas. Por supuesto que no es una corrida: la plata que se va del plazo fijo pasará a una cuenta corriente, caja de ahorro o compra de dólares dentro del mismo banco o pagará proveedores que también la depositarán. El dinero local siempre queda en el sistema.
Los bancos ahora quieren desalentar los depósitos en dólares porque les dan pérdidas. No los pueden mantener en sus bóvedas por falta de capacidad. El 86% de los depósitos en dólares está en cajas de ahorro. Los inversionistas lo hacen para no gastar en alquiler de cajas de seguridad.
Lo que quieren los bancos son depósitos en pesos y subieron entre 4 y 5 puntos anuales sus tasas. Pero aunque están por encima de 50 puntos no los disuade de pasarse al dólar. Anoche la divisa se fortalecía 0,06% frente a las principales monedas del mundo y mantenía una tendencia al alza.
En marzo los depósitos a plazo fijo crecieron 1,5%, lo que demuestra que no hubo inversores que los renovaran en su totalidad e hicieron nuevas colocaciones. Un dato sirve de referencia. El crecimiento de los depósitos en febrero fue el doble de marzo, a pesar de las tasas más altas del mes anterior.
Para que marzo guarde coherencia con la política monetaria, los plazos fijos tendrían que haber aumentado el triple. De esta manera, estarían a tono con el incremento de la tasa de interés que pagan los bancos que ya supera 50% anual. Cuando un plazo fijo no aumenta al ritmo de la tasa de interés, es porque hay retiros y gente que no renueva sus colocaciones. Y aunque nominalmente sean más altos, en términos reales están bajando porque la moneda vale menos que antes y no cubre esa devaluación con la reinversión de los intereses. Pasó la fiebre de los plazos fijos.
Por eso, en abril los plazos fijos deberían haber aumentado casi $60 mil millones, en lugar de los magros $15.747 millones que registraron. Crecieron la cuarta parte de lo que deberían haberlo hecho como mínimo. La mayor cantidad de retiro es por parte de las empresas.
Que los pesos se vayan de los lugares que pagan tasas que son hasta 15 puntos positivos sobre la inflación estimada es una señal de debilidad de la moneda local y un estímulo para el dólar porque el dinero de plazo fijo no va a la licitación de Leliq y obliga al Banco Central a liberar pesos. Esta debilidad quedó más en evidencia cuando el BCRA, en la licitación de Letras de Liquidez para absorber dinero del mercado, pagó 73,77% anual.
Así, con los depósitos creciendo por debajo de la inflación y las tasas, se viene un lunes tormentoso.
Por supuesto va a impactar a la Argentina, donde el dólar cerró el viernes poco más de 1% abajo, pero con tendencia al alza. La divisa mostró en este último tiempo que puede superar a un plazo fijo en menos de una semana.
El pacto político que se lanzó el viernes e incentivo a algunos a comprar bonos de la deuda comenzó a perder fuerza en el fin de semana. Los líderes peronistas cuestionaron el acuerdo durante el fin de semana. La situación agravará el riesgo país porque puede hacer caer a los bonos de la deuda. Una declaración conjunta de los candidatos que aseguren que no irán al default hubiera cambiado el panorama. Pero no sucedió y cambió el humor de los mercados. El viernes el riesgo país había bajado 4 por ciento.
Otro dato del temor que suscita el dólar es que el Ministerio de Hacienda el lunes licitará Letes (Letras del Tesoro Nacional) y Lecaps (Letras Capitalizables).
Las Letes ya no las licita a 180 días como antes, sino a 70 días por la complicación de las elecciones. Estos títulos se podrán comprar solo con dólares y vencen el 19 de julio próximo. La tasa tal vez ronde 5% anual en dólares. Las Lecaps se podrán suscribir en pesos o dólares. Vencen el 28 de junio y pagarán una tasa de 3,50% mensual en pesos.
Se llega así a una semana sin acuerdo de los partidos políticos, o sea sin ningún alivio. Ahora habrá que ver que hace el mercado con los bonos después de las declaraciones inquietantes de los políticos. No hay que olvidar que además vencen USD 1.800 millones de un cupón de capital e intereses del Bonar 2024.
La respuesta de los inversores es clave. Pero no se esperan milagros. Cuando venció hace pocas semanas el Bonar 2019, ninguno compró otros bonos con los dólares que cobró. Este es otro argumento para explicar porque puede subir el dólar. Todo parece indicar que se verá una rueda donde el Banco Central deberá intervenir abiertamente.