Con un precio actual de u$s 114 los Discount ley Nueva York tienen un rendimiento aproximado de 8,5%, previendo un acuerdo con holdouts. En caso de un arreglo, los bonos podrían cotizar en torno al 7%. El riesgo será más bien político; el Congreso jugará un papel clave para generar un acuerdo
Tras las elecciones, el mercado centrará su atención en cómo el nuevo gobierno encara el proceso de reformas y logra sortear el desafío inmediato de restaurar la liquidez. En este contexto será crucial una negociación con los holdouts, lo que permitirá lograr una compresión de spreads cercano al 7%, según economistas consultados.
«El mercado ha ido gradualmente incorporando en los precios la posibilidad de un acuerdo, por lo que estuvimos viendo una compresión de spreads, pero todavía hay espacio. En caso de un acuerdo, los bonos Discount ley Nueva York podrían tradear en 7,2%», sostuvo Alejo Costa, economista jefe de Puente.
Con un precio actual de u$s 114 los Discount ley Nueva York tienen un rendimiento aproximado de 8,5%.
Además de ser los bonos con mayor liquidez entre los dolarizados, según el Bank of America tienden a reaccionar más rápido a las noticias positivas que otros títulos, como los Bonar 2024.
Es por esto que desde el banco recomiendan apostar por los títulos durante transición política. Frente a un plan de estabilización económica exitosa y una resolución de la deuda el año que viene, el rendimiento de los Discount podrían caer 60 puntos básicos hasta el 7,8% a fines de 2016, sostuvo el Bank of America en una nota a clientes.
Lo cierto es que el mercado sostiene que la posición externa es el punto más vulnerable del país, por lo que las negociaciones con los acreedores comenzarán pronto, sostienen desde Barclays.
Los analistas del banco consideran que el nuevo gobierno no tendrá una posición negociadora fuerte, aunque habrá espacio para un acuerdo, que podría conllevar una «quita aceptable» para los holdouts, dado que la demanda es mucho menor que los u$s 20.000 millones estimados por Axel Kicillof.
De acuerdo al banco, los reclamos están más cerca de los u$s 10.000 millones, al que deberán sumarse a las demandas fuera de Estados Unidos que todavía no están cubiertas por el pari passu y por lo tanto podrían resolverse con quitas mayores.
En este contexto, la compresión en tasa estará limitada por un contexto internacional que está cambiando, apuntó Mauro Roca, economista de Goldman Sach. Estados Unidos empezará con una suba de tasas coincidiendo con el inicio de un nuevo mandato, con apreciación del dólar y una mayor apreciación cambiaria de las monedas periféricas, en un marco de debilidad relativa en el precio de los commodities.
El mercado además deberá tener en cuenta los riesgos políticos asociados a un acuerdo que tendrán como protagonista al Congreso, el cual tendrá que aprobar la modificación de las leyes que posibiliten una resolución con los holdouts.
Una vez que se llegue a un acuerdo, el nuevo gobierno probablemente tenga que emitir deuda para pagar a los fondos y en este punto será crucial evaluar cómo reaccionan los inversores a un exceso de oferta de activos argentinos.
Según Costa, tras un acuerdo, habrá venta de papeles de la mano de inversores que tienen estipulado un exit-yield, es decir, un nivel de rendimiento al cual están dispuestos a desprenderse de sus tenencias. Además, la oferta se acrecentará con la emisión de deuda que tendrá que llevar a cabo el gobierno.
«El incentivo que tiene Argentina para acordar con los holdouts es emitir deuda para financiar el déficit, cubrir los stocks de demanda de dólares y los dividendos retenidos. Eso implica que la emisión va a crear una presión de oferta. Cuanto más papeles haya más se pueden encarecer la tasa», concordó Roca.