Lo elaboró una compañía bursátil local con fuerte llegada a inversores extranjeros. Al mismo tiempo ve una fuerte reducción de la brecha cambiaria, que pasaría del 100% a 40% para fin de 2022
Un informe reservado de la compañía bursátil TPCG, de fuerte presencia entre inversores extranjeros, estimó que el dólar “contado con liquidación” volverá a subir mucho menos que la inflación a lo largo del 2022, tal como sucedió el año pasado. Según estimó en el trabajo, la cotización saltaría de los $210 actuales a no más de $ 260 a fin de año, lo que implicaría un salto apenas superior al 23 por ciento. De la mano de esta estimación, también considera que la brecha cambiaria tenderá a reducirse en forma significativa, cayendo del 100% a menos del 40% para fin de 2022.
La estimación sobre la caída de la brecha es muy superior a la que maneja el promedio del mercado, que la ve disminuyendo a cerca del 60%. En lo que existe bastante consenso es en que no se disparará el tipo de cambio libre, sino todo lo contrario, se seguirá apreciando en términos reales. “Estos valores de dólar sólo se vieron en momentos muy críticos, por ejemplo de hiperinflación, no es el escenario que estamos viendo para la economía argentina”, aseguró en el extenso trabajo el economista jefe de TPCG, Juan Manuel Pazos.
La entidad está adelantando, por ende, un escenario parecido al del 2021 para el dólar libre, es decir que vuelva a perder en relación al aumento de precios. El año pasado, mientras que la inflación fue del 50%, el tipo de cambio informal aumentó menos del 25%.
En cuanto al tipo de cambio oficial, TPCG también mantuvo un pronóstico muy conservador para la primera parte del año. Considera que el ajuste seguirá siendo gradual en el primer semestre para evitar un impacto mayor sobre la inflación y al mismo tiempo aprovechar el ingreso de las divisas del campo. Por lo tanto, estima que el tipo de cambio oficial terminará el primer semestre en $120, compatible con un incremento de 2,6% mensual en la primera parte del año.
Sin embargo, el ajuste más fuerte llegaría en el segundo semestre, donde el Gobierno admitiría una devaluación discreta hasta $150 para luego seguir incrementando el dólar oficial hasta $180, o sea un aumento que superaría ampliamente la inflación del año. Esto tendría consecuencias en los precios, sobre todo en bienes transables y también en aquellos productos nacionales que tienen un componente alto de productos importados.
Por otra parte, estimó que este año el rojo fiscal seguirá disminuyendo, luego de la consolidación del 2021. Este escenario es clave para cerrar el acuerdo con el FMI, que ya planteó la necesidad de seguir reduciendo el déficit de las cuentas públicas como una de las condiciones primordiales para alargar los plazos de vencimiento de la deuda de más de USD 40.000 millones.
Según la visión del economista jefe de la firma, el rojo fiscal podría caer a 2,5% del PBI. Aunque parece una reducción significativa en la práctica el esfuerzo no es tan grande, ya que el 2021 habría terminado con un rojo apenas superior a 3% del Producto. El ajuste silencioso que efectuó Martín Guzmán resultó más que significativo, teniendo en cuenta que el 2020, el año en el que estalló la pandemia, el déficit había trepado a casi 6,5% del PBI. De esta forma, consiguió una disminución a menos de la mitad en solo un año (casi 3,5% del Producto), algo que prácticamente no logró ningún país de la región.
El “escenario base” para los mercados es que el Gobierno terminará acordando con el Fondo antes de que finalice el primer trimestre de 2022. En el medio, todavía habrá que hacer dos pagos por alrededor de USD 1.500 millones en enero y febrero. Pero el límite es el 22 de marzo, cuando vencen otros USD 2.800 millones que ya no se podrán afrontar, ante la falta de reservas líquidas. Además, vencen otros USD 2.000 millones con el Club de París que están pendientes de esta renegociación.
¿Cómo se alcanzaría esta disminución adicional del déficit? Para TPCG hay algunas variables que ayudarán a lograrlo. Por un lado, la mejora que tuvo el PBI el año pasado de cerca de 10% y que deja una base mayor de actividad para este año, estimando un rebote adicional del 4%. Esto ya de por sí generaría más recaudación, sobre todo en impuestos que dependen del nivel de actividad como el IVA.
El ajuste más rápido del tipo de cambio también aportará más recaudación, aún cuando las retenciones ya no traccionarán tanto, debido a que los precios de las materias primas están por debajo de los niveles del año pasado.
Por el lado de los egresos también habrá algunas buenas noticias, ya que no habría más erogaciones adicionales por la pandemia y el gasto electoral.