El fin de la liquidez y la fuerte caída del crudo reavivaron la salida de capitales en América latina, deteniendo un proceso de cinco años de acumulación de reservas
El cercano aumento de las tasas de interés en los Estados Unidos y una mayor aversión al riesgo global (entre ellos, la caída del crudo) impulsaron el comienzo de la salida de capitales en los países de la región. Este contexto, según los analistas, concluirá la posibilidad de seguir acumulando reservas de manera agresiva.
A diferencia de Argentina y Venezuela, las políticas económicas de los países latinoamericanos, como Perú ó Colombia, han llevado a que sus bancos centrales acumulen una gran cantidad de divisas, lo que les permite minimizar la actual volatilidad cambiaria y el impacto que pueda tener la salida de dólares en sus economías locales.
Si bien en los últimos cinco años Brasil sumó u$s 85.400 millones en sus arcas, Colombia acumuló u$s 19.000 millones, Uruguay añadió unos u$s 10.000 millones y Perú otros u$s 18.600, el año pasado estos países debieron limitarse a sostenerlas, mientras que 2015 traerá implicancias negativas.
"Gran parte de los países de la región estuvieron recibiendo grandes flujos de capitales en los últimos años. Pero recientemente estos flujos se desaceleraron y los bancos centrales no estuvieron comprando dólares", explicó Daniel Chodos, estratega para América Latina de Credit Suisse.
En el caso de Brasil, durante 2014 el gigante latinoamericano perdió u$s 1743 millones de reservas mientras que las de Chile cedieron unos u$s 635 millones y Perú sufrió una pérdida de u$s 2900 millones. En cambio Colombia pudo sumar unos u$s 3700 millones y Uruguay acumuló apenas u$s 1358 millones. "En la región vemos que este año habrá una caída en reservas. La región es exportadora neta de petróleo, lo cual es negativo para el aumento del déficit en la cuenta corriente de algunas economías. Y en otros países se ve una mayor presión de financiamiento por corto plazo, por lo cual va a haber presión sobre sus reservas. Dependiendo las circunstancias, en 2016 la región podría volver a recuperar en reservas", explicó un analista internacional.
Sin acceso al financiamiento internacional, el caso argentino se aparta del resto de los países de la región. Si bien acumula una caída de u$s 21.500 millones de sus reservas desde 2010, también supo sostener sus reservas en 2014 por encima de los u$s 30.000 millones. Sin embargo, la composición de las mismas cambió radicalmente en los últimos años.
"En el caso de Argentina se observa un deterioro en la calidad de las reservas, que incluyen un componente creciente de préstamos con menor liquidez, lo cual limita el poder de fuego del Banco Central al momento de intervenir en el mercado de cambios. Por ese lado pueden surgir restricciones", apuntó Martín Castellano, del Institute of International Finance.
En la misma sintonía, de acuerdo a Arturo Porzecanski, de la American University de Washington, las reservas no miden la calidad de los activos y pasivos del BCRA como lo hacen otros países vecinos: "El resto de los Bancos Centrales tienen reservas y no tienen grandes problemas que afecten la calidad de información provista por las reservas".