Pese a que ya pasaron varios meses desde la salida del cepo, quienes tienen billetes en su poder esperan que se despejen las dudas para luego decidir
El cepo cambiario terminó el 16 de diciembre, pero la venta de inmuebles no se recuperó y está lejos de ser un mercado floreciente.
Es que como en todos los niveles de negocios e inversiones, quienes tienen dólares en el colchón o en el banco esperan que se despejen las dudas que todavía pesan sobre la economía argentina como el nivel al que se estabilizará el dólar, cuán alta se mantendrá la tasa de interés y cuándo aminorará la marcha de la inflación.
En paralelo, aunque las ventas no repuntan, los precios sí comenzaron a hacerlo y se recuperaron en 2015 de la caída que habían sufrido durante la primera etapa del cepo.
El valor de un metro cuadrado de un departamento de dos o tres ambientes usado en Capital Federal, en promedio costaba u$s1850 en 2012 -es decir poco después de la implementación de los primeros controles al dólar que comenzaron en octubre de 2011- y descendió hasta los u$s1693 en 2014, para volver a recuperar terreno y superar el techo anterior con u$s1879 en el último año, según datos del portal especializado Reporte Inmobiliario.
La regla indica que si los precios inician un camino ascendente es tiempo de sacar los dólares del colchón y pasarlos a los ladrillos para ganar con esa apreciación, pero en el mercado local no todo es tan sencillo y en muchos casos, los resultados dependen del tipo y el objetivo de cada inversión.
«Los ladrillos tienen poco para subir, si se los piensa como una inversión para entrar comprando hoy y saliendo con una ganancia en el corto plazo. Se puede esperar un incremento de los precios del orden del 20% en dos años; hoy es mucho más conveniente la compra de un bono», sentencia el economista Marcelo Elbaum, experto en finanzas personales y autor del libro Hombre rico, hombre pobre.
Aunque en algunos momentos puntuales pudo haber habido negocios atractivos para comprar y vender inmuebles obteniendo una ganancia en el corto plazo, la lógica de una inversión inmobiliaria debe ser siempre de largo plazo.
Más allá de las oportunidades que pueden generar otros negocios, para el que busca comprar, el momento es ahora.
«No es momento de esperar, porque los ajustes se están produciendo en este año y el que viene, la economía va a empezar a reactivarse y en ese contexto el mercado inmobiliario cambiará el ciclo actual, que es recesivo», dice José Rozados, director de Reporte Inmobiliario.
«Si bien los precios no tuvieron consecuencias fuertes por la recesión, siempre es mejor momento para comprar cuando hay poco movimiento que cuando hay dinamismo y mejoría. El año que viene será más difícil conseguir flexibilidad en las negociaciones», agrega, según La Nación.