El Merval sigue cerca de los 30.000 puntos y se aleja de los precios mínimos del año. En el último mes ganó 16% en pesos y 20% en dólares. Pero la recesión le quita fundamentos para seguir avanzando
El panel Merval de acciones líderes del ByMA (Bolsas y Mercados Argentinos) consolidó la corrección del último mes, después de haber sondeado los precios más bajos de 2018, tanto en pesos como en dólares. Con precios estables respecto del viernes pasado, sigue cerca de los 30.000 puntos que perdió a finales de junio, en el momento más crítico de la devaluación que arrasó con el valor de todos los activos financieros argentinos.
En el último mes, desde el «piso» de precios del lunes 2 de julio, trepó un 15,5% en pesos y un 19,8% en dólares. Medido en moneda «dura» el Merval rebotó desde los 893 puntos y aunque está muy lejos de los 1.607 puntos en dólares con los que empezó el año, parece encontrar una barrera de soporte en los históricos 900 puntos, que fueron «techo» de cotizaciones entre 1992 y 2015.
Este viernes el Merval concluyó en 29.218 puntos, que divididos por el dólar «contado con liquidación» implícito en activos financieros ($27,30) marca unos 1.070 puntos en dólares.
La calma observada en el mercado de cambios en julio y el inicio de agosto dejará de ser, de ahora en más, un fundamento alcista para la Bolsa. Tanto la renta variable (acciones) como la fija (bonos) necesitarán de expectativas positivas sobre el desempeño económico futuro, la economía real, para empezar a disputar mejores rangos de cotización.
«Somos optimistas, aunque vemos que el camino es lento. Necesitamos unos cuantos meses de buenas noticias en lo que respecta a baja de inflación, reducción del déficit y mejora en la cuenta corriente», aportó Lucas Gardiner, director de Portfolio Personal.
«El mercado espera datos concretos, y si los datos que vengan en los próximos meses van mostrando mejoras -aunque sea mínimas-, en los números de Argentina, los inversores van a ir perdiendo el miedo de a poco; permitiendo, en concreto, reamar una visión de que es un país viable de mediano plazo», completó Gardiner.
Los analistas coinciden en que la actividad cayó en receso después de la corrida de las LEBAC al dólar, que trajo como consecuencia inmediata la devaluación del peso, una importante caída de más de USD 10.000 millones en reservas y el pedido de auxilio financiero al FMI. Esta recesión podría extenderse cuatro trimestres, con mayor profundidad en el segundo y tercer trimestres de 2018, y moderada en el último de 2018 y, probablemente, el primero de 2019.
Jorge Fedio, analista técnico de Clave Bursátil explicó que «las variables cambiarias, económicas y financieras se fueron acomodando. Con la ‘crisis’ marcaron el dólar allá arriba y ahora les resulta útil a la economía. No lo hizo la política de modo directo; fue indirecto, por presión del mercado que generó la ‘corrida cambiaria’ y el dólar se acomodó alrededor de 28 pesos».
«Ahora es el dólar que cae y se estanca y la Bolsa que sube y se recupera. Siempre la Bolsa a la corta o a la larga le ganó al dólar, salvo en el momento que estalla: ahí el protagonismo y por ese tiempo lo tiene el dólar», apuntó Fedio.
En ese contexto, la estabilidad de la divisa norteamericana sorprende. La divisa de EEUU terminó la semana en $28,01 en bancos, y a $27,30 en el mercado mayorista, casi invariable en la última semana y lejos del listón de los 30 pesos del cierre de junio.
Gustavo Ber, economista del Estudio Ber, consideró que «las miradas apuntan a múltiples frentes domésticos, pero en especial al cumplimiento de las metas con el FMI, a que se extienda el clima de mayor calma cambiaria y ello habilite a una reducción de tasas del BCRA y a que la economía pueda alcanzar una evolución más amigable hacia el año próximo en vista al calendario electoral».
Al ajuste del dólar y la recuperación de las acciones le falta todavía el complemento de los bonos soberanos, cuya reacción no convence. Los títulos públicos siguen exhibiendo precios deprimidos y rendimientos muy elevados, pero no tientan a los inversores.
El riesgo país que mide el diferencial de tasa de los bonos del Tesoro de los EEUU con sus pares emergentes marca 570 puntos básicos para la Argentina, con alza de 60% en 2018. Si el Gobierno quisiera emitir bonos a 10 años en el mercado internacional debería ofrecer una altísima tasa de interés de 8,6% anual en dólares.