Las autoridades económicas también buscan frenar la escalada del peso. Resolvieron desincentivar el ingreso de fondos del exterior elevando el encaje para los títulos emitidos a nivel doméstico
El Comité de Coordinación Macroeconómica que integran el Banco Central y el Ministerio de Economía- resolvió elevar las restricciones para el ingreso de capitales especulativos del exterior y modificará de forma integral su política monetaria, con el objetivo de hacerla más eficiente y sostener la cotización del dólar a nivel local.
En tal sentido, se decidió ampliar el encaje inmovilización de fondos en el Banco Central- que rige para la compra por parte de no residentes de los instrumentos emitidos por el Banco Central de 40% a 50%, y al mismo tiempo extender esa medida a los títulos que emite también el Ministerio de Economía a través del Tesoro en el mercado doméstico, ya sea en pesos o en Unidades Indexadas, que de momento estaban exentos.
Con esa medida, se busca desincentivar el ingreso de capitales financieros especulativos que llegan a Uruguay atraídos por los elevados rendimientos que otorga la deuda pública, combinada con el bajo perfil de riesgo.
Además, se resolvió que el Banco Central dejará de lado su política de fijación de tasa de interés de referencia que determina el precio que se compra por el dinero- a uno de manejo de agregados monetarios, que consiste en el control de la cantidad de pesos en circulación. Ese nuevo instrumento regirá a partir del 1º de julio, anunciaron las autoridades en conferencia de prensa.
En el marco de la redefinición de la política monetaria, también se resolvió ampliar a partir de julio de 2014 del rango meta de inflación que pasará a ser de 3% a 7%, respecto al vigente de 4% a 6%.
La inflación se ha mantenido sistemáticamente fuera del rango meta del Banco Central desde diciembre de 2010.
En los 12 meses a mayo la variación del IPC se ubicó en 8,06%.
Uruguay recibió entre el año pasado y este el grado inversor de parte de las tres mayores calificadoras de riesgo, Standard & Poor’s, Moody’s y Fitch Ratings. Eso provocó un aluvión de fondos del exterior que llegaban a Uruguay seducidos por los elevados rendimientos que ofrecía la deuda en moneda local que se emite en el mercado doméstico, en un contexto de tipo de cambio estable o con tendencia a la baja.
Eso comenzó a generar problemas de competitividad y pérdida de rentabilidad en el sector exportador, que generó la preocupación del gobierno, en particular del presidente José Mujica.