Durante la semana pasada se vendieron apenas 166.000 toneladas de la oleaginosa. Quedan por venderse 11,4 millones de toneladas valuadas en alrededor de u$s6.000 millones. Productores guardan grano como refugio de valor.
Las ventas de soja de la campaña 2021/22 – a pocas semanas de que arranque la nueva siembra- continúan demoradas respecto al promedio histórico y respecto a la campaña pasada y eso se hace notar en el escuálido ingreso de divisas actual y de cara a las próximas semanas. Según los datos oficiales, durante la semana pasada los productores vendieron apenas 166.000 toneladas, lo que marca un retroceso de más de 80.000 toneladas respecto a los siete días previos. En tanto, hasta el momento quedan por venderse unas 11,4 millones de toneladas, sobre una cosecha total de 43,3 millones de toneladas, a esta altura del año pasado, con una cosecha de 43,1 millones de toneladas, quedaban por venderse 8,3 millones de toneladas. En lo que va de noviembre el ingreso de dólares por parte de las agroexportadoras acumula menos de u$s700 millones, quizás el valor más bajo histórico para este período del año.
Después del dólar soja que el Gobierno estableció en septiembre para acelerar el ingreso de dólares del campo, se esperaba una caída más que considerable en el ingreso de divisas pero lo cierto es que los actuales valores están por debajo de lo proyectado. Es que en primer lugar la sequía que afecta al trigo cambió todos los planes de los productores y con pérdidas en algunas zonas de hasta el 100% de lo sembrado, eso también se hace sentir en el ingreso de divisas. En tanto, aquellos agricultores que todavía conservan soja en sus silos la toman como refugio de valor frente a un escenario económico complejo.
En el caso del maíz la historia es bastante similar, durante la semana pasada se registraron negocios por un volumen de 57.000 toneladas, marcando una caída de 156.000 toneladas respecto a la semana pasada. Con una cosecha estimada para la campaña 202/23, quedan todavía por venderse unas 43,7 millones de toneladas. Aquí los productores se mueven también con cautela ante la falta de precipitaciones atrasando la siembra del cereal.
Para lo que resta del año, es decir menos de una semana de noviembre y cuatro de diciembre, el ingreso total de divisas del complejo agroexportador podría ser de no más de u$s1.500 millones y esos son los datos que más preocupan a los economistas y al propio equipo económico. Lo cierto es que a pesar de que el Gobierno está monitoreando las importaciones, la demanda en el mercado de cambios continúa siendo elevada.
Ante este escenario es que en las últimas semanas se comenzó a especular con la posibilidad de que el Gobierno lance en el corto plazo una nueva edición del dólar soja con el que podría recaudar entre u$s3.500 y u$s6.000 millones en pocas semanas. Lo cierto es que por el momento no hay avances concretos, aunque desde el sector agroexportador afirman que el Gobierno “está tanteando el panorama”.
La mayor incógnita es si realmente con un nuevo dólar soja los productores decidirán vender sus granos. La realidad demuestra que quienes aún conservan mercadería de la campaña pasada es porque tienen espalda financiera para hacerlo y solo un elevado tipo de cambio diferencial podría hacer la diferencia.
Finalmente, lo que también habrá que seguir de cerca son las cotizaciones internacionales. los rebrotes de Covid en China y los nuevos confinamientos pueden seguir impactando en los precios con una tendencia a la baja ya que lógicamente el gigante asiático es el mayor comprador de soja del mundo. Un cóctel complejo que marca un panorama poco favorable para la economía en el arranque del 2023.