El primer trimestre podría dar positivo en comparación con el último de 2018. Si bien datos de enero y febrero serían negativos, en marzo, cosecha de maíz mediante, habría signos de mejora. No será extendida a otros sectores
El año pasado terminó con datos de la evolución de la economía para el olvido. La industria cayó 5%, la construcción se mantuvo casi estable (tras años de subas a tasas de dos dígitos) y ni siquiera el campo, sector clave en el conjunto del PBI, registró la peor sequía en los últimos años. Aún no se conoce el dato oficial de caída de la actividad en 2018, pero el propio Nicolás Dujovne reconoció semanas atrás en Davos que el año iba a terminar con una baja de 2% frente a 2017.
Si bien los primeros datos privados marcan que en enero la actividad siguió en baja, algunas señales dan aliento de que el primer trimestre marcaría el primero de la recuperación.
Por el lado negativo, la cantidad de patentamientos de autos 0 km cayó 50,1% interanual en enero, acentuando la contracción observada en los últimos trimestres del año pasado, de 25,2% en el tercer trimestre y de 40,5% interanual en el cuarto trimestre de 2018.
Se suma la recaudación impositiva asociada al mercado interno, que marcó una caída en términos reales de 9,1% interanual en enero, que compara con la baja de 7% interanual observada en el cuarto trimestre de 2018, identificaron en Ieral, instituto de investigaciones económicas de la Fundación Mediterránea.
En sentido inverso, el índice construya (que mide la evolución de insumos para la construcción), si bien cayó en enero un 20% en comparación con igual mes de 2017, creció un 3,3% frente a diciembre.
Ese dato fue apuntado por el economista Camilo Tiscornia, de CyT Asesores. «Creo que el primer trimestre va a crecer desestacionalizado frente al cuarto pero no interanual», sostuvo. Además del dato de venta de insumos de construcción agregó que «el maíz algo va a aportar en el trimestre».
No obstante, reconoció que salvo el campo, «todo va a andar medio flojo». Agregó que «el tema es si en el combo crecen respecto al cuarto; creo que con la mayor tranquilidad financiera, puede pasar».
También para Gabriel Caamaño Gómez, de Consultora Ledesma, lo más seguro es que la recuperación comience en el segundo trimestre, con la cosecha. «Pero sigo creyendo posible que en el primer trimestre registremos variación positiva contra el anterior, aunque habrá que ver la significatividad de la misma», sostuvo.
La posibilidad de que se dé este crecimiento en el primer trimestre frente al anterior es porque, al ser un promedio, marzo aporta ya la actividad derivada de la cosecha gruesa y habría una «estabilización más significativa», dijo. «La clave es si cae y cuánto lo hace en enero frente a diciembre», añadió.
Más allá de la posibilidad de una mejora en el primer trimestre, para salir de la recesión deben pasar dos trimestres seguidos de recuperación, cuando se compara la evolución de la economía frente al trimestre anterior, de acuerdo al concepto técnico.
De acuerdo al REM (Relevamiento de Expectativas del Mercado) que elabora el Banco Central en base a encuestas con consultoras, para el primer trimestre la expectativa es que la economía se mantenga neutral frente al último de 2018 y, recién en el segundo, crezca un 1,5% frente al período enero-marzo.
Para Martín Vauthier, de EcoGo, recién en el segundo trimestre los datos van a empezar a mostrar con claridad una mejora, aunque moderada, en las comparaciones mes a mes y trimestre a trimestre. «Por un lado, el impacto de la normalización de la cosecha y sus efectos de segunda ronda van a tener un impacto positivo que se concentra en el segundo y tercer trimestre», describió.
No obstante, advirtió a que «la mejora está sujeta a qué se sostenga la estabilidad en la demanda de dinero, lo que va a permitir al BCRA sostener el sendero de baja de tasas (aunque no al ritmo de estos días) en un contexto de descenso en las expectativas de inflación».
Sobre un posible riesgo identificó que de haber shock global o local (vinculado a la incertidumbre electoral) habría volatilidad cambiaría que podría complicar el sendero de baja de tasas de interés. El viernes terminó en 46,24% la tasa promedio que surge de la licitación de las Leliq (Letras de Liquidez) del Banco Central.
Sin embargo, el esquema de apretón monetario, que secó de pesos la economía, aún persiste. «Para comenzar a ver números positivos en el mes a mes es clave que afloje la restricción monetaria. Por ahora febrero viene muy bien y la demanda de dinero viene dando margen para bajar la tasa en forma acelerada», remarcó.
«Hasta ahora vimos a un BCRA que venía sobrecumplimiendo el programa monetario convalidando una tasa más alta que la requerida para cumplirlo, maximizando la prudencia. Desde el 28 de enero viene convalidando una baja más agresiva, aunque creo que sigue monitoreando la demanda de dinero, que es el verdadero piso a la baja de tasas», añadió.