Es el quinto recorte del año, esta vez por 25 puntos básicos. Las letras más largas se mantienen estables para permitirle al BCRA aspirar pesos y contener a los precios. La baja, aunque gradual, permite a la entidad impulsar el financiamiento y la actividad económica. El crédito al sector privado crecía 23% interanual a mediados de este mes, frente al 20% de fines de marzo
El Banco Central (BCRA) recortó el rendimiento de sus tasas de más corto plazo para ayudar a reducir el costo de financiamiento y ayudar a impulsar la actividad económica. La entidad conducida por Alejandro Vanoli reduce los rendimientos de las letras Lebac a 91 días porque son la referencia que utiliza la regulación vigente para establecer topes máximos a las tasas de créditos al consumo, al tiempo que mantiene las tasas de las letras de más largo plazo para que los bancos sigan viéndolas como atractivas y de esa manera sacar pesos del mercado que pueden presionar sobre precios.
En su llamado a la licitación semanal de letras y notas con las que regula la masa monetaria el BCRA reveló que ofrecerá un rendimiento predeterminado del 25,97% anual por sus Lebac a 91 días y otro del 26,64% anual por sus letras a 119 días de plazo. El rendimiento del resto de los plazos, más largos, no es predeterminado sino que surge del resultado de la licitación.
Cada martes el BCRA coloca Lebac a los bancos a cambio de depósitos que éstos últimos no logran destinar a créditos. Esas colocaciones tienen efecto monetario y regulatorio.
Monetario porque cuando el monto colocado supera al de los vencimientos de letras colocadas en el pasado, la base monetaria se contrae y se dice que se «aspiraron pesos». El BCRA saca así de la calle al menos parte del dinero que emite para ayudar al sector público a financiar su déficit (en el año ya le prestó $ 12.952 millones al fisco y esterilizó cerca de $ 32.000 millones vía Lebac).
Regulatorio porque la tasa que paga la Lebac a 90 días es la referencia para todo una entramado de normas que determina otras tasas del mercado: la tasas de interés máximas que cobran los bancos por créditos al consumo (préstamos personales, préstamos prendarios y financiación de saldos impagos de la tarjeta de crédito) y la tasa de interés mínima que deben pagar las entidades por depósitos a plazo fijo de menos de $ 350.000.
El crédito al sector privado crecía al 23% interanual a mediados de este mes. Es un fuerte repunte frente al 20% interanual de fines de marzo.
La tasa de la Lebac a tres meses ya pierde un punto porcentual en comparación con la primera licitación de este año. Desde entonces, Vanoli ha hecho cinco recortes y una leve suba al rendimiento que paga la letra a ese plazo.
Las bajas en los plazos más cortos no fueron acompañadas por recortes similares en las letras de los plazos más largos. Hasta el 14 de abril la Lebac a 10 meses de plazo perdía sólo 10 puntos básicos. La letra más larga, a un año, tuvo un movimiento similar a esta última, pero desde mediados de marzo se dejó de licitar para no competir con el Bonac que emite el Ejecutivo para financiarse en el mercado sin recurrir al BCRA.
Este distinto ritmo en las bajas «empinó la curva» de tasas de Lebac para hacer que los bancos prefieran colocar a plazos más largos. De esa manera, Vanoli aspira pesos pero patea el costo de pagarlos al año próximo.
Así, el banquero central busca bajar las tasas de interés para impulsar al consumo pero sin resignar en capacidad de aspirar pesos, lo que podría dar como resultado rebotes inflacionarios o una vuelta a la vida del dólar blue.