El Banco Central elevó los rendimientos de los pases hasta un punto y medio. Es para que el financiamiento de corto plazo no financie la brecha cambiaria. No afecta a plazos fijos
El Banco Central (BCRA) subió las tasas de pases pasivos a uno y siete días de plazo, unos instrumentos similares a las Leliq que se usan para regular la cantidad de dinero que circula en la economía. Las llevó de 30% y 33% anual a 31% y 34,5%, respectivamente. En la entidad conducida por Miguel Pesce explican que es para alinearlas con los costos que paga Economía por financiarse y para evitar que los bajos costos del financiamiento de corto plazo ayuden a los inversores a dolarizarse a través del contado con liquidación y el MEP. Es la tercera suba de la “armonización de tasas” que lleva adelante la autoridad monetaria y que en el mercado ven como medidas tímidas ante la volatilidad cambiaria.
Sin anuncios de por medio, las tasas de los pases pasivos subieron hoy entre 1 y 1,5 punto porcentual. En lo que va del mes, la tasa del pase a un día acumula un avance de 12 puntos porcentuales. La del pase a una semana, mientras tanto, prácticamente no se operaba hasta mediados de octubre, cuando el BCRA volvió a impulsarla a un rendimiento del 33% anual, que pocos días después corrige a 34,5%.
“Hubo un ajuste menor, no tiene que ver con política de suba de tasas sino de la armonización con las tasas en pesos del Tesoro. Esta semana hubo licitación de deuda del Tesoro y ahí fijaron una tasa –en torno al 35%– y ahora se acomoda la tasa de pases de uno y siete días a esas tasas”, dijo una fuente de la autoridad monetaria.
“Quedan pases a un día en 31% y a siete días en 34,5%. No se tocan las tasas de plazos fijos”, agregó.
Los pases pasivos son instrumentos de regulación monetaria, su función es similar a la de las Leliq: los bancos colocan en esos pases del BCRA pesos que no logran colocar como préstamos y, así, no circulan en la economía reduciendo en el margen las presiones inflacionarias.
Además, los pases tienen un efecto secundario en el resto de las tasas en pesos de corto plazo. Una suba de los rendimientos en esos papeles redunda en mejores tasas para las “cuentas remuneradas” en las que las empresas depositan pesos de corto plazo, en fondos comunes de inversión para el manejo de liquidez en el día o a un día de plazo y, también, en préstamos igual de cortos.
Por ejemplo, afectan a las cauciones bursátiles. Son créditos que se pactan en la Bolsa de Comercio en los que inversores se fondean para invertir con dinero prestado en bonos, acciones y otros activos.
La tasa de caución le dio bastantes dolores de cabeza al BCRA en los últimos meses. Llegó a caer hasta a un dígito en abril cuando empezó con la emisión monetaria masiva y se mantuvo por debajo del 25% anual, lo que en un momento significó que para los inversores más arriesgados tenía sentido tomar plata prestada a ese costo tan bajo para invertir en dólar MEP o contado con liquidación, con expectativas de ganancias mucho mayores.
Es decir, son préstamos baratos que financian la corrida contra el peso. Una caución más cara puede reducir esto.
“Esa tasa tracciona levemente a los fondos comunes de mercado de dinero o a las cauciones”, dijeron en un banco. “Pero con esta brecha, subir dos puntos o cinco puntos la tasa, ¿qué diferencia hace?”, analizaron.
Este miércoles, el dólar libre retrocede por cuarta rueda consecutiva: resta un peso, a $177 para la venta. En lo que va de la semana, la divisa informal perdió 18 pesos o 9,2%, desde el récord de $195 del pasado viernes.
Las paridades bursátiles de contado con liquidación y MEP se transan a $155 y $146, luego de una firme baja de 10% en lo que va de la semana, una tendencia atribuida a las ventas de activos financieros de organismos públicos en el mercado local para forzar la baja de los tipos de cambio implícitos. La suba de tasas complementa ese movimiento.