La pronunciada suba que registró el precio de las monedas digitales renueve el interés entre los inversores institucionales. Hay firmas del sector de servicios financieros que las agregarán a sus carteras.
Después de que el bitcoin silbó y explotó a principios del año pasado, Wall Street pareció perder el interés. Goldman Sachs mantuvo el silencio sobre sus planes de abrir una mesa de operaciones con activos digitales después de que el precio de la criptomoneda perdió 80% de su valor. En octubre del año pasado, el CEO de JPMorgan Chase Jamie Dimon redobló su escepticismo inicial cuando en una conferencia aseguró que «no le importaba nada» el bitcoin.
Pero ahora que los precios del bitcoin y de otras criptomonedas volvieron a la cima, algunas grandes guras de la industria de servicios financieros se preguntan si lo anormal fue el pico o el derrumbe de los últimos meses. La compañía nanciera holandesa Flow Traders anunció en abril que agregaba criptomonedas a su cartera de productos.
El mes pasado, un grupo de 50 compañías incluyendo Jump Trading y DRW —dos firmas de corretaje de alta frecuencia— y el banco comercial de criptomonedas Galaxy Digital de Mike Novogratz formó un grupo para desarrollar un mercado «profundo, eficiente y seguro».
«En los últimos dos años se obtuvieron evidencias de que el bitcoin es una clase de activo no correlacionado, por lo que tiene sentido agregarlo a nuestra cartera», dijo Marcus Swanepoel, ex ejecutivo de Morgan Stanley que hoy en Standard Chartered dirige Luno, una criptocompañía.
La trayectoria del bitcoin definitivamente ha sido sin dudas llamativa. Su precio más que se duplicó en dos meses, terminó la semana cerca de u$s 11.800. Todavía no llegó a los picos de fines de 2017, pero los entusiastas sostienen que el repunte continuará.
Entre las principales argumentos que ofrecen los optimistas se encuentran el reciente anuncio de Facebook respecto al lanzamiento de una nueva moneda digital en 2020 y el fuerte giro de la política monetaria en la Reserva Federal estadounidense. Junto con los ruidos expansivos del Banco Central Europeo y del Banco de Japón, eso ayudó a colocar el valor total de la deuda con rendimiento negativo cerca de u$s 12,7 billones, según datos de Bloomberg y Barclays. En ese contexto, el oro menos rendidor se ve atractivo, al igual que el bitcoin.
«Hay mucha demanda proveniente de Asia y Japón donde el bitcoin representa una ola de esperanza frente a un entorno monetario deflacionario», dijo David Mercer, CEO de LMAX Exchange, una plataforma de negociación de monedas con operaciones diarias en criptomonedas por u$s 400 millones y que empezó a ofrecerlas el año pasado. «Se convirtió en un refugio del espacio digital».
Si bien la demanda de criptomonedas proviene de los inversores minoristas, en particular de Asia, los institucionales cada vez se involucran más debido a los generosos spreads y a los crecientes volúmenes. Según Mercer, seis de los mayores operadores de alta frecuencia que emplean la plataforma cambiaria de LMAX se mantienen activos en el criptomercado.
En público los grandes bancos se muestran todavía cautelosos, aunque un director de negociación electrónica de una importante entidad estadounidense señaló que los operadores no dudarán en aprovecharla oportunidad de operar criptomonedas, un mercado con una capitalización total de u$s 336.000 millones,si se les presenta la chance.
Para Swanepoel, el mundo lentamente se está moviendo hacia un nuevo sistema monetario. Cree que su rma pronto competirá con los bancos más grandes mientras los cimientos del sistema financiero sufren un cambio radical.
«El Santo Grial de Internet es poder mover valor peer-to-peer de manera segura y ahora podemos hacer eso con la tecnología blockchain,»señaló. «Simplemente no sabemos aún si será dinero o bitcoin, o alguna otra cosa, lo que deberíamos mover».
Mercer concuerda. «Hoy la manera más eficiente para trasladar dinero a Australia es subir a un avión y volar con un portafolio», señaló. «Eso claramente no va a durar si creemos en la tecnología blockchain».