La compañía norteamericana volvió a restringir su negocio en la Argentina, tal como lo viene haciendo desde que el Gobierno estableció el cepo cambiario en 2011
Los servicios de envío de dinero que ofrece Western Union en la Argentina siguen generando confusos mensajes a los clientes locales. Si bien el giro de remesas es el corazón de su negocio, la compañía de origen norteamericana restringe cada vez más la lista de países habilitados para recibir dinero de parte de residentes locales.
A las que ya aplica, y que comenzaron en forma simultánea con el corralito cambiario impuesto por el Gobierno a partir de octubre de 2011, ahora le sumó la prohibición de enviar dinero a su propio país de origen. Es decir, Estados Unidos, que hasta ahora era uno de los pocos mercados permitidos, junto con el resto de América. En este sentido, también volvió a incluir a Cuba y República Dominicana, que habían quedado bajo las restricciones que también alcanzan a toda Europa, Asia, África y Oceanía.
A fines de mayo, a través de una nota enviada a sus agentes oficiales a la que tuvo acceso El Cronista, Western Union comunicó el cierre de lo que en la empresa califican como corredor.
“A partir del 3/06/13 no se podrán realizar envíos desde Argentina hacia Estados Unidos”, advierte la misiva a los propietarios de los locales habilitados para ofrecer este servicio. En la misiva no se explican los motivos de esta nueva restricción a sus operaciones locales.
En otro de sus párrafos, la compañía amplía las indicaciones al informar también que quienes posean la tarjeta WU Card ya no tendrán descuentos sobre el costo del envío internacional pero seguirán manteniendo los beneficios de atención más ágiles que se les ofrece a los poseedores de este plástico. Sin embargo, en su teléfono de atención al cliente (0800-800-3030) ayer seguían informando sobre descuentos de hasta el 20% en las comisiones a quienes utilicen dicha tarjeta. Hasta el cierre de esta nota, los voceros de Western Union no respondieron a las consultas de El Cronista.
Estas restricciones se suman a las que la compañía ha venido aplicando a sus servicios en Argentina desde que el Gobierno implantó el cepo cambiario. De hecho, fue restringiendo sus operaciones de manera simultánea a los nuevos controles oficiales a la compra y uso de divisa extranjera, en especial al dólar. Inicialmente, recortó el monto mensual de dinero a enviar por cliente a $ 2.250. Pero desde el 8 de enero pasado ese monto se redujo a la mitad. Es decir a tan sólo $ 1.500 mensuales que por ahora mantiene.
Además fue incrementando las comisiones que cobra por el servicio a tal punto que la Argentina pasó a ser el país más caro del mundo con el objetivo de desalentar el uso de sus servicios. En la actualidad el costo de las comisiones ronda casi el 50% para envíos a países limítrofes como Uruguay, Brasil o Paraguay. Del otro lado de la ventanilla, quienes reciben el dinero pueden optar por cobrar en la moneda del país de destino o en dólares.
Adicionalmente, comenzó a implementar nuevos requisitos en el uso de los formularios. Por ejemplo los extranjeros que residen en la Argentina pero que no cuentan con la documentación adecuada o que se encuentran en el país en carácter de turistas, deben recurrir a la AFIP para poder enviar o recibir dinero del exterior, ya que se les exige la tramitación de la Clave de Identificación (CDI), ante el organismo que dirige Ricardo Echegaray. En tanto los argentinos deben consignar el CUIT o CUIL, la dirección postal y el teléfono. También hay que presentar nombre, DNI, dirección y teléfono de la persona que va a recibir el dinero en destino.